¿Qué te llamó la atención del proyecto de WLB cuando lo conociste?
He tenido tanta suerte que me siento en deuda y con un amplio compromiso de aportar y compartir todo lo que esté en mi mano con mujeres que sean afines. Además, me parece un regalo poder compartir tiempo con profesionales tan preparadas como las que toman parte en esta iniciativa, y que juntas podamos crear e impulsar para que cada vez seamos más.
¿Qué te gustaría que (te) aportase un proyecto como WLB?
Inspiración y un punto de vista fresco y multisectorial, saliendo del día a día y conociendo la experiencia de otras mujeres en otros ámbitos que puedan ser replicables o puedan servir de conocimiento para las demás.
¿Qué crees que pueden aportar perfiles como el tuyo (a otras mujeres afines)?
Creo que el compartir desde un punto de vista sincero y aperturista puede aportar líneas de crecimiento y conexión a las mujeres que tomen parte de esta iniciativa, poniendo en valor el networking y conociendo quién es quién en realidad para lograr un ecosistema de crecimiento y unión.
¿Cómo te han ayudado otras mujeres en tu carrera profesional?
Considero que no he podido tener más suerte en este ámbito. Tengo una familia que me apoya hasta el final, con una madre de armas tomar que ha creído en mi de un modo incluso inconsciente, aunque los mayores impulsores de mi carrera han sido mi padre y mi marido, a pesar de trabajar en sectores históricamente masculinos y tradicionales.
Además, he buscado mujeres referentes que fueran un faro para mí, a las cuales he podido recurrir siempre que me ha hecho falta y de las cuales he recibido un apoyo incondicional, comprensión y mucho cariño que me ha impulsado a hacer muchas cosas.
¿A qué mujeres admiras y por qué?
Hay dos referentes que sigo de cerca y me inspiran constantemente, ambas me encantan porque considero que rompen todos los esquemas de lo establecido.
La primera de ellas es Carmen Pinto, CEO de Nicolás Correa, me encanta cómo con su dulzura e inteligencia ha logrado despuntar los resultados de una compañía en un sector ampliamente masculino. Para mi es un referente en la industria que admiro profundamente.
La segunda, es Verónica Pascual, hasta hace poco CEO de ASTI. Su historia invita a la reflexión de romper con las reglas naturales, logrando que una pequeña empresa familiar pueda llegar a crecer, competir con los grandes a nivel global, ser adquirida por ABB y en su caso, llegar a ser Consejera de una compañía como Telefónica.
¿Qué consejo darías a otras mujeres que te gustaría te hubiesen dado a ti?
Que esto es una carrera de fondo, y que no se puede hacer un maratón a ritmo de sprint.