¿Qué te llamó la atención del proyecto de WLB cuando lo conociste?
En cuanto supe de la existencia del proyecto WLB quise sumarme a él. Establecer sinergias, trabajar en red, colaborar con personas de otros sectores, especialmente si son mujeres, es algo que me parece fundamental no solo para ampliar mi radio de acción sino para ir situando cada vez a más mujeres en el lugar que se nos ha usurpado durante muchos años. Es el momento de despegar los zapatos de los suelos pegajosos, de ensanchar pasillos y de romper techos.
¿Qué te gustaría que (te) aportase un proyecto como WLB?
Creo que puedo aprender mucho de quienes se sumen a WLB. El aprendizaje continuo es otra de mis pasiones. Por eso, lejos de estancarme en las maneras tradicionales de comunicar, me he formado tanto a nivel técnico como de contenidos para crear contenidos a los que se pueda acceder de la manera que se hace hoy, a través de la tecnología.
¿Qué crees que pueden aportar perfiles como el tuyo (a otras mujeres afines)?
A WLB puedo aportar veteranía, sobre todo en un momento en el que economistas tan destacadas como Sara de la Rica han constatado el edadismo imperante en las empresas y las contrataciones que hacen. Dos curriculums iguales reciben diferente cantidad de ofertas para entrevistas, recibiendo muchas más aquel en el que la solicitante es joven. Soy una mujer que cumplirá 56 años en breve y he trabajado ya casi 35. Para mí es un tesoro todo el conocimiento que he adquirido en estos años y me gustaría compartirlo con otras mujeres, jóvenes o no tanto.
¿Cómo te han ayudado otras mujeres en tu carrera profesional?
La primera persona con la que hice un programa de radio fue una mujer. Ahora tiene 98 años y recibe muchos reconocimientos. Todavía hoy hago cosas como ella me enseñó. Otras mujeres me han aportado conocimiento y una forma de hacer metódica y atrevida.
¿A qué mujeres admiras y por qué?
Admiro a todas las mujeres que pierden el miedo y se lanzan a poner en marcha sus proyectos sabiendo que pueden caerse y que tendrán que volver a empezar. Sacar provecho de cada tropiezo, de cada proyecto mal ejecutado o planteado erróneamente es la clave para avanzar. Me alegro mucho de cada éxito, pero contemplo como oportunidades de mejora todas las caídas.
¿Qué consejo darías a otras mujeres que te gustaría te hubiesen dado a ti?
Solo tengo un consejo para otras mujeres: aprended a vivir sin miedo, disfrutar de cada paso que deis, si os caéis, levantaros y analizar dónde ha estado el error y, sobre todo, tened en cuenta que todo es pasajero, tanto el éxito como el fracaso. Cuando hay “vacas gordas”, sigue trabajando por mejorar y no te acomodes. Cuando lleguen las “vacas flacas”, trabaja por engordarlas.